No te imaginas lo importante que va a ser para tu motivación y mentalidad esta lectura, debes saber que tener sobrepeso no es tu culpa, hay muchos factores involucrados y conocerlos te va a ayudar a adelgazar no sólo por estética y/o salud, sino como un logro y una conquista personal.
Para emprender el camino que deberás recorrer para llegar a tus objetivos, es necesario hacer de manera simultanea cambios significativos en tus creencias y en tu mentalidad.
También vas a entrenar tu auto disciplina y te sentirás motivado a modificar hábitos poco saludables y nocivos.
En este camino iras dejando atrás tu viejo concepto de ti mismo.
Ese que te ha llevado a perder el equilibrio en tu cuerpo, a maltratarlo y abusar de tu organismo por diversas razones que muy pronto podrás ver con claridad.
¿Cómo llegaste a un estado de sobrepeso y enfermedad? fue un largo camino:
Desde tu infancia y con los hábitos y costumbres familiares que te inculcaron.
En tu adolescencia con sus típicos problemas y conflictos de identidad y seguridad en ti mismo.
Al crecer las exigencias que debiste enfrentar para convertirte en adulto, elegir carrera, trabajo, estado civil y demás decisiones trascendentales de vida.
Algunas de las decisiones que tomaste fueron erradas, tomadas a la ligera o influenciadas por algún tipo de presión y no tardaron en convertirse en fuentes de insatisfacción, frustración y ansiedad.
En la infancia formaste tu concepto del mundo, de lo permitido, lo normal y lo aceptable.
¿Cómo lo aprendiste? Imitando, acatando reglas, normas y modos de ser y estar en el entorno familiar, social y escolar.
A esa edad no cuestionas, imitas.
A esa edad poco te importaba si estabas delgado, un poco o muy pasado de peso, comías lo que te servían en casa y en el colegio, sin filtros ni criterios para poder hacer una elección.
No tenías la capacidad de discernir si era bueno o malo para tu cuerpo y de esta manera formaste e integraste hábitos que aún hoy perduran en tu subconsciente
Llegaste a la adolescencia y empezaste a entender que la sociedad tiene ciertos estándares que determinan si un cuerpo es atractivo y saludable, comenzaste a compararte y descubriste las categorías: los bellos, los promedio y los feos.
Entonces te diste cuenta de que, esos cachetes que a mamá le parecían adorables, no formaban parte de los cánones de belleza.
O tal vez descubriste que fuiste favorecido en la repartición de belleza, lo que te hizo merecer una popularidad inesperada sobre la cual comenzaste a establecer el valor de ti mismo.
¡Cuánto sufrimos la mayoría de nosotros en esta etapa!
Sufríamos por ser bellos o promedio, por ser flacos o gordos, por ser altos o bajitos, cuánta fragilidad e inseguridad se anidaron en nuestro ser en la adolescencia.
Tener sobrepeso no es tu culpa, déjame explicarte
En la sociedad moderna el empaque, lo externo y la apariencia son valores determinantes, no podemos negarlo.
En cualquier caso terminas definiendo tu valor como persona basado en este aspecto superficial, y tu autoestima se ve favorecida o disminuida según sea tu puntaje en la escala de comparación.
Sigues creciendo y nuevas creencias entran en tu mente de otras fuentes : comienzas a medir tu valor, tu capacidad, tu derecho a pertenecer, a ser aceptado, a ser amado y sobre todo a ser suficiente, todo con base en tu apariencia.
Después creces, adquieres seguridad, cuestionas tus ideas, encuentras otras fuentes de valoración, adoptas nuevos intereses y maduras…
¡Pero el condicionamiento quedó ahí, grabado en tu subconsciente!
Los hábitos, las costumbres, las normas, las creencias, la aceptación y el rechazo, las palabras halagadoras e hirientes, ahí están, dirigiendo tu vida, sin que apenas te des cuenta.
Y de pronto un día, con la madurez y el conocimiento acumulados a lo largo de la vida, te das cuenta de que los hábitos, la costumbre, las creencias y la manera que elegiste para vivir no han dado buenos resultados.
Tu vida social y afectiva es un desastre, la inseguridad te impide socializar adecuadamente.
El médico te informa que bajar de peso ya no es una elección, es imperativo, tu obesidad afecta tu salud y rendimiento.
Estás enfermo, te duelen las articulaciones, estás pre diabético, te sientes insatisfecho con tu apariencia, no quieres mirarte al espejo…
Sabes que ha llegado el momento de cambiar, aunque no tienes claro cómo y qué hacer, entiendes lo que sucede en tu cuerpo.
Tomas una decisión, ya sea voluntaria o impuesta, das el primer paso, ¡quieres cambiar!
Comienza una lucha entre tu elección consciente y tu inercia subconsciente.
La mente subconsciente es la que determina nuestras acciones automáticas, esas que hacemos sin pensar, sin necesitar de nuestra atención y consciencia.
Después de haber aprendido algo se integra al subconsciente y ya no requiere de nuestra plena atención.
Actividades como bañarte los dientes, manejar el carro, atar tus zapatos, usar este teclado para escribir son cosas que aprendimos mediante la atención y la repetición, hasta convertirlas en actos reflejos.
Los hábitos, por ejemplo, están fuertemente arraigados en nuestro subconsciente, crear uno nuevo requiere de disciplina, atención, repetición… y cambio.
Cambio, una palabra que el subconsciente rechaza.
El subconsciente asocia cambiar con peligro, el cambio te exige mas energía, estar atento, salir de lo cotidiano, implementar nuevas acciones, pensar en otro nivel, cuestionar lo aprendido… ¡su misión es protegerte, conservar tu vida, economizar energía!
Cambiar no es fácil pero es posible y es un logro maravilloso porque no sólo cambian tus hábitos, cambias tu como persona.
Pero… siempre hay un pero, si sólo abordas tu sobrepeso desde lo físico, con dietas, ejercicios, hambre, restricción, castigo…
¿Adivinas qué va a pasar? ¿tienes claro que la principal función de tu mente es protegerte?
Sólo un proceso integral que involucre cuerpo, mente, creencias, nutrición, hábitos, movimiento físico, amor por ti mismo, motivos, autoestima..
Sólo un proceso que te involucre cómo ser humano consciente y presente y que te ayude a unir las piezas y a integrar nuevas acciones a tu estilo de vida, puede ayudarte a superar de manera definitiva tu sobrepeso y todas las consecuencias asociadas a él.
Entonces con el método correcto cambias tu mentalidad, eliminas creencias limitantes, creas una nueva manera de pensar respecto a tu cuerpo, a la alimentación y a la salud.
Modificas la actitud hacía tu cuerpo, asumes tu responsabilidad y dejas de ver la pérdida de peso como un logro mágico producto de dietas milagro y suplementos engañosos.
Mejoras tu autoestima y con ella tu estado de animo que además se ve favorecido por el cambio en tu alimentación.
Eliminas viejos hábitos, cambias tus acciones, y comienzas a dar día tras día pequeños pasos que sumados crearán el camino hacia nuevos y mejores hábitos.
Como consecuencia, tus resultados mejoran y con ellos la motivación para seguir adelante y mantener tu propósito en el tiempo.
Te conviertes en alguien más consciente y disciplinado, comienzas a trabajar no sólo en tu cuerpo sino en tu mente, en tus creencias y en tu autoconcepto.
Haces elecciones de vida que transforman tu peso, tu salud, tu cuerpo, y lo más importante: tu futuro.
Te das cuenta de que cada pequeña victoria fortalece tu determinación, entiendes que tu elección es una conquista diaria de ti mismo, que con cada paso en dirección a tu objetivo creces.
Entiendes que tener sobrepeso no es tu culpa pero es tu responsabilidad
Cambias tu y cambia tu Estilo de Vida, te conviertes en una persona que se ama, se cuida y lleva una vida saludable.
En una persona que es consciente de lo qué come y de lo que esto hace en su cuerpo y en su salud.
Te conviertes en ejemplo y guía para los demás, cambias tu pronostico a largo plazo y vislumbras esperanzado un nuevo destino para ti y para los tuyos.
Asumir tu perdida de peso y tu salud y bienestar como una elección consciente de cambio de vida y no como una medida temporal de emergencia, te ayuda a cambiar tus resultados físicos, mentales y de actitud para lograr una transformación integral de tu vida a todo nivel.
Diana Rodríguez Angulo
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Nos vemos pronto,
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